Niña rana salió un dÃa
de compras por la ciudad,
taconeando muy titina
de la mano de mamá.
Iba vestida de blusa
y estrenándose un bluyÃn,
la primera color blanco
y el otro de un vivo añil.
QuerÃa un bikini rosa
para ir a la piscina
con su mami y con su hermana
y la tortuga vecina.
QuerÃa también cartera,
como las que usa mamá
y una caja de colores
para ponerse a pintar.
Pintar un cielo bien lindo,
muy limpio para nadar,
lleno de pececillos
y de estrellas por millar.
Le gusta a la niña rana
todo lo que usa mamá:
el perfume, los tacones,
la sonrisa y el labial.
-Cómprame un helado mami-
le repite sin cesar
y aquella muñeca grande
que ya sabe caminar.
Ya bien entrada la tarde
es hora de regresar,
cargando muchos paquetes,
cansadas de caminar.
-¿Cómo les fue mis amores?-
saltando grita papá
y como el beso es tan largo
ranita quiere celar.
A papá siempre lo busca
con mimos y lloriquear;
para que la cargue un rato
y se la lleve a nadar.
Everardo Rendón Colorado
Del libro La AlegrÃa de Soñar
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